Sorprendente.
Así fue este año, cada día una experiencia nueva, una nueva sonrisa, un saludo atento, un helado en el verano, una caminata más bajo la lluvia, un nuevo yo y un para siempre tú.
Aprendí y desaprendí.
Pero también comprendí y dejé de luchar por entender a quien ama el conflicto, a quien no acepta la felicidad de otros y mucho menos su propia felicidad. Descubrí mi fortaleza y vencí la adversidad.
Bienvenidas y despedidas.
También reencuentros con quienes siempre he querido y la venda en mis ojos no me permitía verlos, nuevos rostros en mis ojos, oídos atentos y palabras de aliento. Después de 16 años, me despedí de papá…y dije adiós a mamá en este año que termina; ahora están juntos y viven en su nueva casa, que es mi corazón.
Los buenos deseos.
No sé que desearte para este 2010, no se qué te hará feliz este año y tampoco puedo ver el futuro, pero sé que nada te destruirá por muy doloroso que sea, que nadie te arrebatará eso tan valioso que te hace ser quien eres, Dios tiene para ti cosas buenas que te hará llegar una a una y será tu familia quien te las entregue, tus amigos se encargarán de enterarte de lo que Él te envía: en un beso, en un abrazo, en una prueba difícil en la que estén contigo, en un viaje, en un despertar.
Mis mejores deseos de paz, tranquilidad, amor, salud y trabajo para ti y tu familia; y ante todo, Felíz año 2010.
Hugo Alberto Dena
Diciembre de 2009.