Sígueme en Twitter

martes, 10 de enero de 2012

Sin Título

¿Sabes? Tu hijo podría ser gay.

No, no estoy hablando del hijo del vecino, o de el tu primo, estoy hablando del tuyo. Seguro vas a protestar diciendo:

"A mi hijo no le gustan las mariconadas, el juega futbol y con carritos"

"Mi hija no juega soccer. Le encantan los vestidos de princesas y los ponies"

"Mi hijo tiene novia"

"Mi hija tiene novio"

"Mi bebé es muy chico para pensar en esas cosas"

"Dios no va a permitir que mi hija sea así"

Bueno, pues estoy aquí para decirte que nada de eso importa.

Aunque efectivamente, algunas personas gay encajan en ciertos estereotipos, no todos lo hacen y probablemente ni sean la mayoría. Muchos niños gay juegan con carritos en el lodo, con palitos, tierra, escuchan rock y disfrutan de los deportes. A muchas niñas lesbianas les encanta bailar ballet, pintarse las uñas, vestir a sus Barbies de princesas y cocinar pastelitos. Ninguna de esas cosas define la sexualidad de nadie.

Aun cuando tu hijo sea un infante, su orientación sexual puede ya estar definida firmemente en su lugar, incluso aunque no piensen conscientemente al respecto.
Y seguro que tu hijo o hija podría tener la pareja correcta designada heterosexualmente, pero eso no significa que siempre va a ser así.

¿Cómo se que tu hijo podría ser gay? Porque tu hijo es un ser humano y de acuerdo a las investigaciones de los últimos 50 años, se observa que entre 5 y 10 por ciento de los seres humanos son gays, lesbianas o bisexuales. Esto significa que entre 5 y 10 niños de cada 100 serán gays o lesbianas, que entre 50 y 100 de cada mil o que entre 500 y 1,000 de cada 10,000. En un país como México con 100 millones de personas, entre 5 y 10 millones personas podrían ser gays y una de esas personas podría ser tu hijo.

Y si revisas esas investigaciones, también te darás cuenta que no existe forma de estar seguro si tu hijo es gay o no y que tampoco existe forma alguna de cambiar esto, ni los retiros espirituales milagrosos, ni las terapias mágicas de aversión que solo dañan la dignidad humana.

¿Por qué te estoy diciendo esto? Porque es tiempo de que tú como padre te pongas a pensar en lo que dices cuando abres la boca.

Si un niño usa el color rosa, le dicen "joto"

Si una mujer es fuerte, le dicen "Machorra"

Si un atleta se lastima, le dicen que "se levante y que no sea maricón"

O si vemos a una mujer en la calle con otra mujer, le dicen "Lo que esta vieja necesita es un hombre que la haga mujer"

La gente no se da cuenta del odio y homofobia con el que se expresan cuando abren la boca, y creen que no importa, pero sí importa.

Entonces, la próxima vez que algo suceda y las palabras "¡que joto es eso!" estén por salir de tu boca, toma un segundo para pensar. Mira a tu hijo y piensa: ¿Quieres que tu hijo piense, incluso ahora, que hay algo malo con ellos? Después de todo, escucharon eso de su mami y de su papi.

Si, la idea de tener un hijo gay asusta a muchos padres. Todos quieren que sus hijos sean felices, quieren que estén saludables, quieren que crezcan para ser adultos exitosos y que tengan hermosas familias propias. Ser gay no quita ninguna de esas cosas de la mesa. A menos que tú como padre y como persona se las quites de la mesa. Ellos podrían igual casarse de blanco, en una hermosa boda y darte muchos nietos, a menos que tu votes por leyes que se lo prohíban.

Todos los padres tienen sueños para sus hijos, pero no se puede permitir que los sueños sean más importantes de lo que realmente son sus hijos y lo que ellos quieren para sí mismos, porque los hijos no son fotocopias de los padres, son personas independientes que tendrán un camino propio en la vida.

Asi que detente, cierra la boca y piensa, y la próxima vez que andes en la calle, y otro adulto llame a alguien "Puto", "Marica", "Joto", "Lesbiana" o "Machorra", entonces ábrela, porque en ese momento podrías estar defendiendo de esa agresión a tu propio hijo.

Y asegúrate que tu hijo sepa que ser Gay o Lesbiana no tiene nada de malo y así tal vez, solo tal vez, ellos no sentirán que tienen que esconder quienes son, y entonces tendrán una mejor oportunidad de vivir la vida adulta feliz y saludable que tú sueñas que ellos tengan.

Texto Original De Eduardo Sáenz